domingo, 8 de enero de 2012

Ardea cinerea

Desde hace unos años, durante los meses de otoño e invierno gozamos de la majestuosa compañía de varias garzas reales en la granja y su entorno.

Son aves grandes (entre 90 y 95 cm. Del pico a la cola), de altura elevada, patas y dedos largos, también su cuello es largo y su cabeza estirada, con un gran pico entre amarillo y rosado en forma de arpón.

Casi todos los días, después de recoger a los animales; ovejas, gallinas………………., me quedo un ratito contemplando sus vuelos crepusculares. Un vuelo lento y pesado, con el cuello encogido y las patas rectas, muy salientes. Emiten como unos graznidos que no resultan ni agradables.






Por las mañanas me detengo en el puente de madera e intento localizarlas en el lecho del río, a veces hay que agudizar la vista, pues su plumaje gris tormenta las mimetiza con el entorno. Aunque cuando te familiarizas con sus quijotescas esbeltas siluetas, cuesta menos encontrarlas.

Posiblemente aniden en las cercanas lagunas de Padúl pues en primavera solemos perderles el rastro…………………………  




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